En Aleph hablamos mucho de visión: física, emocional, simbólica. Pero hay miradas que no vienen de los ojos, sino del vínculo, la confianza y la libertad.
Esta es la historia de quienes han aprendido a ver el mundo… de otra manera.
A veces, sólo hace falta el lente correcto para ver(te) distinto. Explora aquí las posibilidades. También estamos para ayudarte por WhatsApp.
La niña que cruzó la frontera para ver distinto
A los 13 años, Silvia Lozada Badillo tuvo que viajar a Michigan para recibir a su primer perro guía: “una preciosa pastor alemán llena de energía”, recuerda Silvia. En México, simplemente no existía una escuela de este tipo para personas ciegas. Silvia, hoy directora, lleva lentes en forma de corazón. Dice que es su manera de recordarse que ella eligió ver el mundo de otra manera: desde el corazón.Ese viaje sembró una idea clara: que en México debía existir un espacio para formar no sólo perros, sino para dar autonomía y dignidad a las personas ciegas y a sus familias. Así, en 1997, se colocó la primera piedra de la Escuela para Entrenamiento de Perros Guía para Ciegos I.A.P., la primera en México y Latinoamérica.
Desde entonces, se han formado más de 148 binomios y se ha beneficiado a más de 300 personas en México, Guatemala, Costa Rica y Chile.
Las personas ciegas no nos limitamos a ver sólo lo que existe."
—Erika Bernal, usuaria de la Escuela para Entrenamiento de Perros Guía para Ciegos I.A.P.
Lo que cambia cuando caminas acompañado
Un perro guía no es una mascota. Es un compañero de trabajo, un mapa con patas, un guardián de la autonomía. Todos los perros de esta escuela son Golden Retriever o Labradores, pues destacan por su inteligencia, paciencia, amabilidad y memoria.
Quien alguna vez tuvo miedo de cruzar una avenida solo, hoy llega al trabajo sin ayuda, camina con seguridad, sube escaleras, toma el metro, un avión, sale a cenar. Un perro guía no le devuelve la vista, pero sí la oportunidad de habitar este mundo con dignidad.
Para las familias, también hay un cambio: menos miedo, menos ansiedad, menos sobreprotección. Más libertad para todos.
Las barreras que no deberían existir
A pesar de que la ley garantiza el derecho de las personas ciegas a acceder con sus perros guía a espacios públicos, transporte y comercios, en la práctica, la discriminación sigue presente. Hay lugares que niegan la entrada, transportes que los rechazan y establecimientos que dudan. Hace apenas unos días, la Escuela denunció públicamente un caso en el que a una usuaria se le prohibió el ingreso al metro de la Ciudad de México, a pesar de estar amparada por la legislación vigente.
Estas barreras persisten por falta de información, prejuicio o indiferencia. Educar, sensibilizar y esforzarse para ver el mundo con otros lentes no es solo un extra: es parte del camino hacia una ciudad verdaderamente inclusiva y accesible.
El vínculo entre perro y persona
Desde que el perro es cachorro, es socializado en una familia temporal que lo acostumbra a ruidos, personas y lugares durante un año. Después, pasa a una etapa de entrenamiento de entre cuatro y seis meses en la escuela, donde aprende comandos, rutinas, obediencia y, sobre todo, a tomar decisiones.
Uno de los principios clave es la "desobediencia inteligente": si la persona da una orden que puede ser peligrosa (cruzar con semáforo en rojo, o insistir en caminar por donde hay un hoyo, por ejemplo), el perro debe ignorarla y proteger a su humano a toda costa.
Antes de la entrega, hay un periodo de cuatro semanas en el que el futuro usuario convive, se vincula y se entrena con el perro. Si todo sale bien y el vínculo es exitoso, el binomio está listo para salir al mundo.
Ver no siempre es con los ojos
En The Aleph Eyewear creemos que ver no es sólo una cuestión óptica. Es también una forma de habitar el mundo. Por eso nos conmovemos profundamente con esfuerzos como los que realiza día a día esta escuela y todos sus integrantes: los de dos y los de cuatro patas.
No hay lentes más inteligentes que los perros guía.
Ellos se convierten en la manera en que muchas personas ciegas ven y se mueven por el mundo: explorando, sintiendo, eligiendo. Y también son lentes que los definen, porque un perro guía deja huella: transforma la manera de caminar, de sentir, de decidir. Cambia hábitos, fortalece el carácter y se vuelve parte de la identidad de quien lo lleva.
Esta escuela pionera no sólo entrena animales: acompaña miradas. Y eso, en un mundo que aún tiene mucho que aprender sobre accesibilidad e inclusión, es una forma muy seria y profunda de ver.
Conviértete en parte del cambio
💫 Puedes hacer un donativo, apadrinar a un cachorro en formación o simplemente compartir esta historia. En The Aleph, también creemos en eso: destinamos el 5% de nuestras utilidades a iniciativas que cuidan la salud visual en México.
👣 Porque cada paso cuenta y cada mirada merece ser acompañada,
Encuentra tu nuevo par de lentes aquí y ayuda a la escuela aquí.